Biblia Sagrada

Reina Valera 2010

Hebreos — Capítulo 8

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1. Así que, la suma de lo que hemos dicho [es]: Tenemos tal Sumo Sacerdote el cual está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos;

2. ministro del santuario, y del verdadero tabernáculo que el Señor levantó, y no el hombre.

3. Porque todo sumo sacerdote es constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual fue necesario que también éste tuviese algo que ofrecer.

4. Porque si Él estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan ofrendas según la ley;

5. los cuales sirven de ejemplo y sombra de las cosas celestiales, como fue advertido por Dios a Moisés cuando estaba por comenzar el tabernáculo: Mira, dice, haz todas las cosas conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte.

6. Mas ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, que ha sido establecido sobre mejores promesas.

7. Porque si aquel primer [pacto] hubiera sido sin falta, no se hubiera procurado lugar para el segundo.

8. Porque hallando falta en ellos, dice: He aquí vienen días, dice el Señor, cuando estableceré con la casa de Israel y con la casa de Judá un nuevo pacto;

9. No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto: Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo los desatendí, dice el Señor.

10. Porque éste es el pacto que haré con la casa de Israel, después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus mentes, y sobre sus corazones las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo:

11. Y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor: Porque todos me conocerán, desde el menor de ellos hasta el mayor.

12. Porque seré propicio a sus injusticias, y de sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más.

13. Y al decir: Nuevo pacto, da por viejo al primero; y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca está a desvanecerse.

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