Biblia Sagrada

Reina Valera 2010

Isaías — Capítulo 32

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1. He aquí que en justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio.

2. Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.

3. No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos.

4. Y el corazón de los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos hablará con fluidez y claridad.

5. El mezquino nunca más será llamado liberal, ni el avaro será llamado generoso.

6. Porque el mezquino hablará mezquindades, y su corazón fabricará iniquidad, para hacer la impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.

7. Las armas del tramposo son malignas; maquina intrigas perversas para enredar a los simples con palabras mentirosas, aun cuando el pobre hable con derecho.

8. Mas el liberal pensará liberalidades, y por liberalidades será exaltado.

9. Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón.

10. Días y años tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá.

11. Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas: despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con [cilicio].

12. Sobre los pechos lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.

13. Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría.

14. Porque los palacios serán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde retocen asnos monteses, y ganados hagan majada:

15. Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se torne en campo labrado, y el campo labrado sea estimado por bosque.

16. Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fértil reinará la justicia.

17. Y la obra de la justicia será paz; y el efecto de la justicia, reposo y seguridad para siempre.

18. Y mi pueblo habitará en morada de paz, y en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.

19. Y cuando caiga el granizo, caerá en los montes; y la ciudad será del todo abatida.

20. Dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, y metéis en ellas el pie de buey y de asno.

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