Biblia Sagrada

Reina Valera 2010

Salmos — Capítulo 50

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1. <<Salmo de Asaf>> El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.

2. De Sión, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.

3. Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego consumirá delante de Él, y en derredor suyo habrá tempestad grande.

4. Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo.

5. Juntadme mis santos; los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.

6. Y los cielos declararán su justicia; Porque Dios es el Juez. (Selah)

7. Oye, pueblo mío, y hablaré: Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.

8. No te reprenderé sobre tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que delante de mí están siempre.

9. No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos de tus apriscos.

10. Porque mía es toda bestia del bosque, y los millares de animales en los collados.

11. Conozco todas las aves de los montes, y mías son las fieras del campo.

12. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y su plenitud.

13. ¿He de comer yo carne de toros, o he de beber sangre de machos cabríos?

14. Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al Altísimo.

15. E invócame en el día de la angustia: Te libraré, y tú me honrarás.

16. Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que narrar mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca?

17. Pues tú aborreces la instrucción, y echas a tu espalda mis palabras.

18. Si veías al ladrón, tú corrías con él; y con los adúlteros era tu parte.

19. Tu boca metías en mal, y tu lengua componía engaño.

20. Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre ponías infamia.

21. Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero yo te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.

22. Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; no sea que os despedace, sin que haya quien libre.

23. El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios.

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